La ermita de la Soledad es de planta cuadrada con dos puertas de acceso, una de ellas en el muro de saliente y la otra en el de mediodía. Una portada de arco de medio punto. Ei edificio posee una pequeña espadaña con su campana. En el interior se conservan varias tallas de Semana Santa así como una imagen de la Virgen de la Soledad.
Fue construida en 1676. En las cuentas tomadas el 19 de mayo de 1675 se indicó por el señor visitador que Melchor Morales y su mujer Francisca Pastor, difuntos, vecinos que fueron de Alocén, dispusieron en su testamento:
"que se hiciere una ermita de Nuestra Señora de la Soledad extramuros de esa villa según lo declarado en dicho testamento y para ello dejaron designado cinco mil y quinientos reales".
Los cofrades contrataron al maestro de obras Pedro Quesada, vecino de Fuentelencina, para que hiciese las trazas de la ermita y se obligaron con 61 para efectuar la obra. Al año siguiente, 1676, se decía por el visitador:
"dijo que por quanto Melchor Morales y su mujer mandaron que de sus bienes se sacaran quinientos ducados para la fábrica de una ermita de Nuestra Señora de la Soledad la cual por los albaceas y testamentarios estaba todavía sin hacer ".
Para su fábrica o construcción habían dejado 5.500 reales y se necesitaban 6.580. El visitador propuso a los cofrades:
"este presente año se excusen tener los gastos de la semana santa y lo mismo la colación que se da el día del Nombre de Jesús del año que viene de setenta y siete para hacer frente a los 1000 reales que faltaban para pagar el gasto de la obra".
Y así se hizo, en ese año de 1676 la ermita está concluida y se pagaba al maestro de obras la cantidad de 3.764 reales por su trabajo y por hacer la planta de la iglesia y los materiales necesarios para la obra.
La ermita de la Soledad contaba con su retablo. En 1731 Alonso Pérez mandaba 20 reales para ayudar al dorado del retablo de la ermita.
Tampoco debemos olvidar el Calvario. El calvario situado a escasos metros de la ermita de la Soledad es peculiar y distinto a los conservados en la provincia de Guadalajara. Entraría dentro de la tipología denominada por Pradillo y Esteban (Vía crucis. Calvarios-Gólgota). Se construye un monumental zócalo, a base de sillares de piedra, simulando el monte calvario, sobre él están clavadas las tres cruces. Tenemos calvarios así en Budia, Durón, Trijueque. La peculiaridad del calvario de Alocén es que en la actualidad, y no sabemos si desde su construcción, intentó representar la estación del calvario en semejanza del espacio físico del monte. Para ello, se construyó un zócalo rectangular y de dos metros de altura, con unas dimensiones de 5 x 3 metros, el zócalo fue relleno de tierra y se colocaron tres olivos, que representan las tres cruces del monte calvario.
